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Ejercicios recomendados para vuelos largos

Si vas a viajar pronto, este artículo es para ti. Te presentamos ejercicios para vuelos largos que puedes realizar durante tu próximo viaje.

En verano aprovechamos para hacer ese viaje soñado durante las vacaciones. Al disponer de más tiempo, son frecuentes los vuelos largos para acudir a ese destino lejano que durante el año nos resulta impensable.

Aunque solo con montarte en el avión sentimos la ilusión de ese viaje, no es raro que se nos entumezcan las piernas durante un largo vuelo. Puede que simplemente te agobies al ver reducida tu movilidad tantas horas. Si además, sufres problemas circulatorios, debes tener en cuenta que tanto tiempo sin poder moverte y en una postura no muy cómoda puede llegar a propiciar la formación de trombos o coágulos en las venas de las piernas debido a la mala circulación de la sangre.

Ejercicios para vuelos largos que mejorarán tu circulación

Estiramientos

Durante un largo vuelo, es frecuente que nuestros músculos y articulaciones se entumezcan, provocándonos una sensación de pesadez y rigidez en el cuerpo.

Para evitar esta sensación, o aliviarla si la estamos sufriendo, debemos estirar.

Normalmente, este entumecimiento suele ocurrir en piernas, pies y cadera, al ser las zonas del cuerpo más limitadas de movimiento en un avión.

  • Estiramientos de piernas.

Levanta un pie del suelo y estira la pierna, aguantando esta posición durante 10 segundos.

Realiza este estiramiento primero con una pierna, y luego con la otra.

Para conseguir un estiramiento efectivo, se recomienda realizar 3 series con cada pierna.

  • Estiramientos de rodilla.

Manteniendo la espalda recta, agarra tu rodilla con las dos manos y acércala a tu pecho durante 10 segundos.

Realiza este estiramiento primero con una pierna, y luego con la otra.

Realiza 3 series con cada pierna.

  • Estiramientos de tobillos y pies

Mantén tus pies en el suelo y mueve los dedos hacia arriba y hacia abajo durante 10 segundos.

Si quieres librarte del entumecimiento totalmente, realiza 3 series con cada pie.

  • Estiramientos de cadera

Para realizar este ejercicio, te aconsejamos que lleves contigo un cojín o almohada de vuelo. Colócalo entre tus rodillas y apriétalo durante 15 segundos.

No te preocupes, si olvidas la almohada, puedes hacer este estiramiento con tu bolso o mochila.

Repite esta acción 5 veces.

  • Círculos de tobillos.

Realiza movimientos en círculos con tus tobillos.

Comienza con un tobillo, realizando los movimientos en el sentido de las agujas del reloj, para después hacerlo en el sentido opuesto.

Realiza este estiramiento primero con una pie, y luego con el otro.

Realiza 3 series con cada pie.

  • Estiramientos de hombros y cuello.

Gira tu cabeza de lado a lado, como si estuvieras diciendo que no.

Después, cogiendo tu cabeza con una mano, estírala hacia ese lado con suavidad. Realiza primero el movimiento hacia un lado, y después hacia el otro.

Para terminar, mueve los hombros en círculos hacia delante y luego hacia atrás.

Da un paseo

Al igual que los ejercicios para vuelos largos, los movimientos también nos ayudarán a aliviar la sensación de rigidez de los músculos. Además, debemos recordar que estar sentados, sin movimiento alguno, puede ocasionarnos problemas circulatorios, o empeorar nuestra situación si ya lo sufrimos.

No olvides levantarte como mínimo una vez cada dos horas para dar un pequeño paseo por el pasillo del avión. Puedes aprovechar para ir al servicio, o simplemente para recorrer el pasillo en ambas direcciones.

Recordemos que durante un largo vuelo, el aburrimiento suele llamar a la puerta a partir de la primera hora. Para amenizar el viaje, solemos recurrir a móviles, tablets, portátiles para entretenernos. Estas pantallas, con la poca distancia que disponemos para separarlas de nuestros ojos, queman nuestra vista. Junto a estas, la pequeña letra de revistas y libros no contribuyen a nuestra salud ocular.

Por tanto, además de ser aconsejable para nuestras piernas, al levantarnos y avanzar por el pasillo, estaremos haciendo un favor a nuestros ojos. Recuerda mirar al fondo del avión durante este paseo, despejando tu vista y cambiando el enfoque.

Avión

5 cosas que llevar en tu equipaje de mano para un largo vuelo

Agua

Además de ejercicios para vuelos largos, no podemos olvidar mantenernos hidratados.

Lleva contigo una botella de agua reutilizable, y la mantienes visible durante el vuelo. Así, te acordarás de beber con frecuencia, manteniendo tu cuerpo hidratado.

Snacks

Pasar muchas horas sin comer puede provocar picos de azúcar en nuestro organismo. Para evitar esto, si no quieres adquirir los caros tentempiés de la compañía aérea, lleva tus snacks favoritos.

Así, además de mantener tu metabolismo en funcionamiento, tendrás un pequeño incentivo a medio vuelo y verás el tiempo correr más rápido.

Almohada

Ya hemos visto antes lo útil que puede ser una almohada a la hora de realizar movimientos y estiramientos para luchar contra el aletargamiento de nuestros músculos.

Además de estirar, la almohada nos hará sentirnos más cómodos y relajados, permitiendo un pequeño sueño para luchar contra el cansancio y el aburrimiento.

Antifaz

Durante los vuelos diurnos, las luces del avión suelen estar encendidas. Si eres de los que no perdona ese sueño durante el vuelo, un antifaz te será de gran ayuda para reducir la luz.

Además, ya hemos hablado de lo importante que es cuidar la salud de nuestros ojos. Además de mirar al fondo del pasillo y desconectar de la luz de las pantallas, cerrar los ojos durante un rato y reducir la luminosidad relajará nuestra vista.

Papel y lápiz

Aunque no lo creas, la escritura favorece el movimiento de nuestras muñecas, las grandes olvidadas a la hora de estirar. Aprovecha el vuelo para pasar a limpio esos apuntes pendientes, o simplemente para escribir la ruta de la ciudad que vayas a visitar.

Estos consejos te evitarán el conocido síndrome de clase turista, habitual en los vuelos de avión con billetes low-cost. Relájate y disfruta del vuelo.

 

El dolor menstrual y su tratamiento con fisioterapia

El dolor menstrual, también conocido como dismenorrea, puede llegar a ser realmente inhabilitante.

Muchas mujeres aseguran sufrir dolor menstrual desde la adolescencia, y aunque puede desaparecer después de dar a luz, hasta entonces, este dolor suele ir en aumento.

Aunque el dolor menstrual es algo común, esto no significa que sea normal. Aunque normalmente el dolor menstrual no se debe a nada grave, enfermedades que afectan al útero u otros órganos reproductivos pueden esconderse detrás de esta dolencia. Si sufres dolor menstrual, debes consultar con un ginecólogo tus síntomas y conocer de dónde proviene.

El ciclo menstrual

El ciclo menstrual sucede entre el primer día de un periodo, y el primer día del periodo siguiente. Tiene una duración estimada de 28 días, con periodos que suelen ir de 21 a 35 días. Durante los primeros años después del comienzo de la menstruación, los ciclos suelen ser más largos. Sin embargo, los ciclos menstruales tienden a acortarse y a volverse más regulares con el tiempo.

Durante el ciclo menstrual se prepara el vientre para la posibilidad de un embarazo. La mujer experimenta una serie de cambios hormonales por la ovulación, la liberación de un óvulo desde uno de los dos ovarios. Si este óvulo no es fecundado, este es expulsado, se descama la mucosa del endometrio y se produce la menstruación. Esta suele durar de 2 a 7 días.

Llevar un registro de tus ciclos menstruales puede ayudarte a entender tu cuerpo y entender por qué sufres ciertos dolores.

La dismenorrea o dolor menstrual

Durante el ciclo menstrual, se produce una secreción de hormonas que preparan al cuerpo para la futura gestación. A veces, estas sustancias químicas del útero, prostaglandinas, producidas en exceso, provocan dolor menstrual.

La dismenorrea o dolor menstrual suele comenzar uno o dos días antes del periodo, provocando calambres o cólicos en la parte baja del abdomen, zona lumbar, e incluso dolor en las piernas o dolor de cabeza. Las náuseas y diarrea también pueden acompañar al resto de síntomas. Esto es lo que se conoce como dismenorrea primaria.

Los trastornos de la alimentación también pueden influir en la menstruación, retirándola o provocando dolores.

La fisioterapia como tratamiento contra el dolor menstrual

Siempre y cuando la dismenorrea no esté producida por enfermedades, esta puede aliviarse. La fisioterapia puede convertirse en tu gran aliada, mejorando tus síntomas.

A través de diferentes técnicas, adecuadas según cada caso, la fisioterapia alivia el dolor menstrual, e incluso puede hacerlo desaparecer.

Gracias a la secreción de endorfinas, el ejercicio físico puede reducir la intensidad del dolor, e incluso su duración. Según la tipología y la intensidad de dolor, tu fisioterapeuta puede recomendarte los ejercicios que mejor actúen contra tu dolor.

Hemos visto que la menstruación suele producirse por la segregación de hormonas, y en muchas ocasiones la menstruación llega a provocar dolor de cabeza. La terapia craneal es fundamental para estimular la función del eje hiptálamo-hipofisis-gonadal.

Además de las hormonas y sustancias químicas segregadas por nuestro cuerpo, la tensión acumulada en la zona pélvica también nos afecta. La terapia manual realizada por un fisioterapeuta profesional nos ayudará a reducir los síntomas dolorosos, mejorando la movilidad de los ovarios, útero y zona lumbar y pélvica.

La alimentación también es otra tarea fundamental a tener en cuenta si queremos reducir los síntomas dolorosos de la menstruación. Un profesional especializado puede recomendarte un tratamiento personalizado de fisiogenómica, cuidando tu alimentación para que sientas mejorías.

Todas estas terapias ayudarán a mejorar tu dolor menstrual, y mejorarán tu calidad de vida.

Historia de la fisioterapia

A menudo pensamos que la fisioterapia es una ciencia moderna, que ha surgido hace relativamente poco con el avance de la medicina. Sin embargo, los primeros indicios de la historia de la fisioterapia  se remontan antes de Cristo. Desde entonces, las diferentes civilizaciones han ido aportando nuevos conocimientos, hasta llegar a la fisioterapia tal y como la conocemos hoy en día.

Si te apasiona el mundo de la fisioterapia, en este blog nos adentraremos en su historia y sus principales nombres.

Los primeros pasos de la historia de la Fisioterapia.

Unos 1.500 años antes de Cristo, las antiguas civilizaciones de China, Egipto y Mesopotamia ya practicaban ejercicios de terapia física. Se han encontrado representaciones que así lo confirman en tumbas de faraones egipcios. También la cultura maya lo hacía, sumergiéndose en terapias con agua y vapor. Es así como comienza la historia de la fisioterapia.

Ya durante los siglos V y IV a.C, destacan nombres como Hipócrates y Asclepiades. Estos autores realizaron lo que se conocen como las primeras técnicas de movimientos corporales y masajes. Hipócrates, el padre de la medicina, fue uno de los primeros en utilizar las terapias físicas para tratar a las personas. Asclepiades, considerado el padre de la fisioterapia, orientó sus terapias a la curación del cuerpo, no solo mediante masajes, si no a través de técnicas como la hidroterapia, la masoterapia o la cinesiterapia.

Galeno o Celio Aureano son otros de los nombres que resaltan en la antigüedad. Estos médicos describieron técnicas que podemos considerar como antecedentes de los tratamientos actuales de fisioterapia.

La fisioterapia en la Edad Media y la Edad Moderna.

Aunque la Edad Media no fue una etapa de grandes avances ni desarrollo, podemos destacar las aportaciones de Avicena y Averroes. Estos médicos árabes escribieron sobre la terapia manual y la hidroterapia para el tratamiento de diversas patologías.

Ya en la Edad Moderna, Savonarola nos enseña interesantes tratamientos con aguas termales (balneoterapia), así como vendajes compresivos. Por su parte, Cristóbal Méndez dejó escritos que han servido como antecedentes de los tratamientos de fisioterapia deportiva. 

Ya entrando en la Edad Moderna (s. XV – XVIII), nos encontramos también con interesantes aportaciones a la historia de la fisioterapia.

Así, por ejemplo, son conocidas las recomendaciones de Savonarola en relación con tratamientos de aguas termales, así como su descripción de la técnica de vendaje compresivo.

Ya a finales de la Edad Moderna, durante el siglo XVIII, avances como la electroterapia comienzan a ver la luz, de la mano de científicos como Kratzentstein o Galvani.

Avances en Fisioterapia durante el siglo XIX.

Contrastando con la decadencia que supuso la Edad Media, durante el siglo XIX se producen grandes avances científicos. Autores como Lownes, Pehr Henrik Ling o Gustav Zander se convirtieron en algunos de los nombres más destacados de este siglo.

El término ‘masaje sueco’ aparece de la mano de Pehr Henrik Ling. Con un enfoque terapéutico, Ling hace grandes aportaciones e el campo de la educación postural. Estos estudios serán predecesores de la actual kinesioterapia. Estos estudios servirán de inspiración para Gustav Zander, que desarrolló numerosos aparatos de gimnasia activa y pasiva para la corrección de defectos posturales. Muchas de las máquinas con las que contamos hoy en día en salas de rehabilitación, heredan las ideas de Gustav Zander. De hecho, ya en el siglo XIX estas terapias fueron reconocidas oficialmente.

Historia de la fisioterapia

Daniel David Palmer es otro de los nombres que resuenan en la historia de la fisioterapia. El sanador norteamericano es considerado el padre de la Quiropraxia por sus aportaciones al tratamiento del sistema nervioso.

No solamente se obtuvo este reconocimiento en Suecia. En Países como Francia o Reino Unido la fisioterapia también comenzó a entenderse como una disciplina médica. En 1889 nace la École Française d’Orthopédie et de Massage. Muy poco después, cuatro enfermeras británicas fundan la llamada Chartered Society of Physiotherapy, en 1894. Desde entonces, estos avances no pararán de influenciar esta disciplina en distintas partes del mundo.

Los primeros estudios académicos oficiales de los siglos XX y XXI.

En el siglo XX contamos por fin con los primeros estudios académicos oficiales de fisioterapia. Estos vienen por parte de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, y la Universidad de Reed, en Estados Unidos.

Primeros graduados en fisioterapia en la Universidad de Otago.

El único avance del siglo XX no se reduce a los estudios de fisioterapia. Autores como Schroth o Mézières desarrollaron nuevos tratamientos fisioterapeúticos.

Historia de la fisioterapia

La creación de fundaciones para esta disciplina será otro factor importante para el avance de la fisioterapia en este siglo. Destacan la World Conferation for Physical Therapy o la Asociación Española de Fisioterapeutas.

España no solo fundó la sociedad antes mencionada. Nuestro país también presumió de un gran progreso a nivel académico. Así, se creó la especialización de fisioterapia para los Ayudantes Técnicos Sanitarios (ATS). El 12 de diciembre de 1980 España puede afirmar que la fisioterapia es un estudio universitario oficial, creándose las Escuelas Universitarias de Fisioterapia. 

La fisioterapia en la actualidad

No podemos confirmar que la fisioterapia ha llegado a su momento cumbre de conocimiento e investigación. Como en toda disciplina médica, la fisioterapia está en continua evolución, con profesionales que se forman día a día para actualizar sus conocimientos.

Lesiones deportivas

El ejercicio es bueno para mantener una buena forma física y mental. Practicar deporte regularmente tiene múltiples beneficios para nuestro cuerpo. Sin embargo, si este no se realiza correctamente, podemos lastimarnos y sufrir una lesión deportiva.

En este post te contamos las lesiones deportivas más comunes, por qué suceden y cómo evitarlas.

lesiones deportivas

Lesiones deportivas.

Debemos practicar ejercicio de manera frecuente, e introducir este hábito en nuestro estilo de vida. Sin embargo, hasta que aprendemos a hacerlo correctamente, es habitual que suframos alguna lesión deportiva.

Las lesiones deportivas pueden llegar a ser verdaderamente incómodas, y por esto preocupan mucho a los deportistas. A menudo, una lesión nos puede imposibilitar para realizar ejercicio durante un periodo de tiempo. Es frecuente conocer noticias en los medios deportivos de profesionales que se han quedado fuera de una competición por una lesión. En 2012, Nadal sufrió una lesión crónica en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda que lo condenó a varios meses sin ejercicio. También en el tenis, Maria Sharapova se tuvo que retirar del torno en Brisbane de 2013 por una lesión en el hombro. En el futbol, las lesiones no han sido menores. Villa, Puyol, Iniesta, Messi, Bale, Neymar.. son solo algunos de los nombres que han sonado en los medios por sus lesiones.

lesiones deportivas

Lesiones deportivas más comunes.

Entre las lesiones más frecuentes que sufren los deportistas, destacan las cinco siguientes:

Esgince de tobillo.

El esgince de tobillo es la lesión deportiva por excelencia. Desde deportistas profesionales, a todos los que practican ejercicio diaria o eventualmente, han sufrido un esgince deportivo.

Suele producirse en superficies inestables, por un mal movimiento del pie hacia dentro tensiona los ligamentos. Con esta tensión se producen roturas de los ligamentos, pequeñas, parciales o más graves, que provocan el esgince.

También es frecuente en deportes de impacto.

Los síntomas habituales son dolor y hematoma.

Desgarro muscular.

El desgarro muscular se produce al romperse las fibras que componen el músculo.

Suele afectar a los músculos de los miembros inferiores, como los cuádriceps.

Los golpes o contusiones rompen las fibras del músculo, y provocan un dolor repentino, agudo y localizado. También puede ocurrir por una contracción brusca del músculo.

Calambres musculares.

Los calambres son espasmos musculares. La hiperactividad del músculo o la falta de reposo desencadenan esta lesión.

Aunque suele producirse por realizar una actividad física más intensa de lo habitual, también puede deberse a algunas enfermedades. Enfermedades vasculares o endocrinas pueden estar detrás de esta lesión. Un embarazo puede ser otro de los motivos que provoquen esta lesión.

Para aliviar el dolor, debemos para el ejercicio y estirar la zona afectada.

Tendinopatías.

La inflamación crónica del tendón produce micro-roturas y desencadena una tendinitis.

Suele producirse en los tendones rotuliano, epicóndilo, supraespinoso y Aquiles, y provocan dolor, inflamación y pérdida de movilidad.

Fracturas.

Las fracturas óseas son lesiones más complicadas. Una caída al realizar deporte, o una actividad excesiva, pueden desencadenarla.

Por desgracia para los deportistas, una fractura impide realizar ejercicio durante un tiempo, ya que se requiere inmovilización, reposo y rehabilitación. De hecho, en algunos casos, es precisa una cirugía.

Cómo evitar las lesiones deportivas.

Aunque algunas lesiones son fortuitas, como las fracturas por una caída, en muchos casos podemos evitarlas.

lesiones deportivas

Si no quieres lesionarte, te aconsejamos que sigas los siguientes consejos.

Calentar

Nuestro cuerpo va a pasar de un estado de inactividad a un ejercicio intenso, por lo que hay que prepararlo. Calentar 10 minutos antes de comenzar a hacer ejercicio es fundamental. Debemos comenzar de manera gradual, trabajando primero los músculos generales y seguir con los específicos.

Estirar.

Al realizar ejercicio, los músculos se activan y aumentan su tono. Por esto, al finalizar una práctica deportiva, debemos estirar para que los músculos vuelvan a su estado habitual. Los estiramientos normalizan el tono muscular, mejoran la circulación y previenen lesiones.

Evitar el enfriamiento.

Si debemos calentar para no pasar del reposo a la actividad física de golpe, también debemos hacerlo al revés. Si paramos en seco nuestro cuerpo después de realizar deporte, el cuerpo se enfría y se producen lesiones. Para evitarlo, debemos salir gradualmente del ejercicio. Es ideal realizar 15 minutos de actividad más suave para finalizar.

Hidratarse.

El deporte produce pérdida de líquidos y esto puede conllevar graves lesiones para nuestros músculos. Beber agua y mantenernos bien hidratados es fundamental para que nuestro cuerpo funcione bien durante el ejercicio y no sufra lesiones.

Fisioterapia

A menudo pensamos que la fisioterapia solo sirve para corregir lesiones. Sin embargo, tu fisioterapeuta puede ayudarte a prevenirlas. Con la prevención, controlamos los factores que provocan lesiones deportivas.

lesiones deportivas

Mediante ejercicios de la musculatura, podemos evitar las cargas innecesarias y establecer una buena rutina corporal a la hora de realizar ejercicios. Asimismo, los masajes deportivos destensan y tonifican nuestros músculos y los preparan para el ejercicio. Los vendajes para proteger articulaciones también son de gran utilidad si queremos evitar una lesión, al igual que la aplicación de frío o calor.

En el caso de producirse una lesión, llevar un buen entrenamiento con tu fisioterapeuta contribuirá a que esta sea lo menos grave posible.

Realfooding

Realfooding

Seguro que en más de una ocasión has escuchado el concepto realfooding. Este término se ha viralizado en los últimos años, gracias a la importancia que está teniendo el cuidado de la alimentación en las nuevas generaciones.

El concepto realfooding, traducido al español como ‘comida real‘, no es más que lo que de toda la vida hemos entendido como la comida de la abuela. Es decir, alimentos naturales y frescos, cocinados en casa.

Si las modas alimentarias te interesan y siempre estás leyendo para ver cómo mejorar tu dieta, este es tu blog.

Realfooding.

El reafooding es el nombre que ha tomado una de las nuevas tendencias en alimentación. El término fue acuñado en España hace cinco años por el nutricionista Carlos Ríos, pero podemos remontarnos al siglo XX. En 1939, el dentista canadiense Weston Price, publicó Nutrition and Physical Degeneration. En esta obra exponía la colonización de las dietas originales por las sociedades occidentales, y la consecuente sustitución de las enfermedades endémicas por las enfermedades occidentales.

Origen y viralización del movimiento.

Traducido al español, el realfooding es una idea tan sencilla como la comida real. Es decir, todos los alimentos sin procesar, o mínimamente procesados: verduras y hortalizas, frutas, frutos secos, pescado, huevo, etc. Con estos alimentos naturales y frescos, se busca una alimentación que huya de los productos procesados, para conservar todos los nutrientes de los ingredientes.

Como explica Aitor Sánchez en su perfil de Instagram @midietacojea «realmente la comida real que estamos viviendo en España es una nueva manera de decir lo que se lleva recomendando muchos años: que la gente compre más productos frescos.»

Esta alimentación no se ha convertido en una moda porque sí. Bien es cierto que las redes sociales son un medio que parece tener un imán para las modas alimentarias, en las que los usuarios buscan crear una comunidad y compartir sus recetas con vistosas fotografías. Pero no solo es esta necesidad de seguir una tendencia lo que ha convertido este movimiento en una m0da tan viral. Son la multitud de ventajas y beneficios que conlleva lo que lo ha convertido en toda una filosofía de vida.

Las enfermedades derivadas de los ultraprocesados.

La salud es la principal beneficio que conlleva mantener una alimentación realfooding.

No es una noticia nueva que los ultraprocesados tienen numerosas consecuencias negativas para nuestra salud. Aunque seguro que en numerosas ocasiones has escuchado que, con moderación todo es bueno, esto no es cierto. Aunque bien es verdad que la cantidad importa, más real es que cualquier alimento ultraprocesado no es nada beneficioso para nuestro cuerpo. Sin embargo, llevar una alimentación a base de productos naturales, nos aportará una elevada calidad nutricional.

Las dietas a base de productos ultraprocesados, o el simple abuso de estos en determinadas épocas, favorece el riesgo de sufrir enfermedades como la obesidad o la diabetes. De hecho, actualmente estas enfermedades son las más comunes, y en gran parte esto se debe a la alimentación que llevamos. Sobre esto ya advertía Weston Price en Nutrition and Physical Degeneration, al concluir que los métodos occidentales para preparar y almacenar los alimentos eliminaban sus vitaminas y minerales. En el libro nos explica que ingredientes como la harina, el azucar y las grasas procesadas causan deficiencias nutricionales que ocasionan graves problemas de salud.

Salud. Todo un reto social.

Las ‘comidas reales’ ayudan a prevenir y a reducir el riesgo de padecer tanto estas enfermedades, como muchas otras. Un estilo de vida realfooding, bien aplicado, corrige este gran problema que nos han traído los alimentos superfluos. Los alimentos naturales poseen una gran cantidad de nutrientes, que nos protegen de estas enfermedades y además nos mantienen enérgicos y vitales. Además de la calidad nutricional de esta alimentación, muchos de estos alimentos naturales tienen un efecto saciador y reducen el apetito, por lo que reducen el hambre y nos evitan los atracones a base de productos nocivos, que terminan en estados de obesidad nada beneficiosos para nuestro cuerpo. Además, esta alimentación mejora la digestión, gracias a la alta cantidad de fibra que contienen estos alimentos.

No se trata de realizar una dieta. De hecho, el realfooding no es una dieta. De hecho, el realfooding advierte del peligro que escoden los productos etiquetados como light o 0% calorías, un autentico pozo de azúcar y aditivos. Lo mismo ocurre con los alimentos vendidos como saludables (sin serlo), y lo más peligroso, los productos destinados a un público infantil con un valor nutricional nulo.

Los realfooders no cuentan las calorías que ingieren, si no los nutrientes que toman, y cómo cada uno de ellos mejora su estado de salud. Consiste en conocer y valorar los alimentos que ingerimos para hacerlo de la mejor manera, teniendo en cuenta los beneficios de cada uno de ellos. Así, el realfooding nos ayuda a tener una relación más sana con la comida.

Sostenibilidad, todo un reto social.

Además de los numerosos beneficios que el realfooding tiene para nuestra salud, otra ventaja importantísima de este estilo de vida es la sostenibilidad.

En los últimos tiempos, la sostenibilidad se ha convertido en un reto social, y el realfooding es un gran aliado para ello.

Frente a la contaminación plástica masiva que conlleva el consumo de ultraprocesados empaquetados en todo el mundo, con envases de un solo uso, la comida real se obtiene de manera sostenible.

De nuevo, nuestros abuelos vuelven a aparecer en este blog para recordarnos que ellos realizaban compraban en el mercado, trayendo a casa productos de temporada. Comprar fijándonos en la temporalidad de los productos es sumamente importante para contribuir a esta sostenibilidad y para obtener los mejores beneficios en nuestro cuerpo. Al tomar productos de temporada, estamos ingiriendo alimentos que están en su mejor momento de cultivo. Gracias a ello, nos beneficiaremos al máximo de todos sus nutrientes. Además, apostando por el comercio local, evitaremos desplazar los alimentos y contribuiremos a un ecosistema mucho más sostenible, reduciendo nuestra huella en el planeta.

Como antes hemos indicado, los realfooders desean conocer el alimento que toman. Gracias al comercio local, además de conocer los beneficios de un producto, podremos saber la procedencia de estos alimentos y cómo han sido producidos.

En definitiva, el estilo de vida realfooding es una de las mejores modas que se han viralizado en los últimos tiempos. Con tendencias como estas, conseguimos que la sociedad evolucione hacia un comportamiento sostenible, respetuoso con el medio ambiente, y por supuesto, con nuestra salud. Al fin y al cabo, todo se reduce en las enseñanzas de nuestros abuelos, y en recordar el refrán «somos lo que comemos».

El estrés y la fisioterapia

El estrés y la fisioterapia

El estrés. Nuestro enemigo silencioso.

A menudo pensamos que el estrés es algo pasajero y con descansar un poco se soluciona. No es así. Aunque no te des cuenta, el estrés afecta a tu salud.

La prisa como estilo de vida.

El estrés es la respuesta de nuestro cuerpo cuando percibimos una amenaza o peligro. Este tiene un componente hereditario, pero no de nuestros padres, si no de nuestros más antiguos antepasados. Antes de que existieran siquiera las civilizaciones, los seres humanos se dedicaban a la caza, y a menudo se enfrentaban a grandes peligros. En esta situación, se activaba un instinto para escapar o luchar. Esta respuesta rápida funcionaba por la liberación de hormonas, el estrés.

Ahora vivimos en un mundo moderno y no necesitemos cazar ni enfrentarnos a grandes peligros. Sin embargo, los problemas relacionados con el trabajo o las finanzas, la prisa como estilo de vida, desencadenan en nuestro cuerpo ese instinto, esa alerta, el estrés.

La sociedad actual, marcada por el ritmo de vida desenfrenado de la cultura occidental, se caracteriza por las prisas. Las prisas son las protagonistas de nuestro día a día.

Convertidas en todo un estilo de vida, nos hacen que sintamos que si no vamos corriendo de un lado para otro, no estamos ocupados, y lo que es más importante, que no somos profesionales. Nos valoramos por la prisa y medimos nuestra autoestima en base a ella.

A pesar de que todos conocemos el famoso refrán «vísteme despacio que tengo prisa», hemos llegado a tal punto que hemos olvidado que hacer las cosas «a prisa y corriendo» (otro dicho comunmente conocido) solo provoca descuidos, olvidos, desconcentración y por tanto, errores. Y es que como decía Gilbert Keith Cherstenton: «una de las grandes desventajas de la prisa es que lleva demasiado tiempo”.

Cómo afecta el estrés a nuestro cuerpo

Si solo leyendo el apartado anterior ya sientes la sensación que provoca este estilo de vida en nuestro cuerpo, puedes imaginarte lo que supone para tu cuerpo el día a día.

Aunque seguro que conoces perfectamente esta sensación, puede que no seas conscientes de todos los efectos negativos que esta tiene para tu cuerpo. ¿Te cuesta dormir? ¿Sueles tener dolores de cabeza? ¿Dolores musculares? ¿Dolor de pecho? ¿Fatiga? Tu cuerpo está respondiendo a las prisas y al estrés que estas conlleva.

Entre las consecuencias que sufre tu cuerpo debido al estrés, destacan:

  • Cefaleas.
  • Insomnio.
  • Falta de concentración.
  • Problemas sexuales.
  • Dolor muscular.
  • Aumento de la presión arterial.
  • Problemas de corazón.
  • Debilitamiento.
  • Cansancio excesivo.
  • Variaciones de peso.
  • Ansiedad.
  • Depresión.
  • Acné y eczemas en la piel.

Beneficios de la fisioterapia para el estrés

La fisioterapia es una gran aliada para aliviar la larga lista de síntomas que nuestro cuerpo sufre como consecuencia del estrés.

Con sus terapias, la fisioterapia ayuda a:

  • Reducir la tensión muscular.
  • Mejorar la movilidad.
  • Relajar el cuerpo y la mente.
  • Mejorar el descanso y la calidad del sueño.

Además, tu fisioterapeuta sabrá aconsejarte técnicas fantásticas que puedes, y debes, introducir en tu rutina diaria y te ayudarán con ese estrés. El deporte, yoga o pilates son grandes opciones.

Aunque como has visto la fisioterapia puede ser una gran ayuda si sufres estrés, y es una gran opción que recurras a ella para aliviar tus síntomas, el cambio real comienza en ti.

Es mejor prevenir que curar (si es que el refranero español es muy sabio). En vez de conformarte con vivir en ese ritmo desenfrenado y después curar las consecuencias que sufre tu cuerpo, ¿por que no haces algo por evitarlo? Prioriza, piensa que es importante y deja para más adelante lo que no lo es. Piensa si realmente estás ganando tiempo gracias a las prisas, o estás perdiendo calidad de vida por culpa de ellas.

Ejercicio durante el embarazo

Ejercicio durante el embarazo. Un gran acierto.

Aunque pensemos que el embarazo es una etapa donde solo deberíamos descansar y estar relajadas, estar sin hacer nada no te traerá ningún beneficio.

A no ser que tu ginecólogo te haya indicado expresamente que no realices ejercicio por alguna complicación, lo más recomendable es crear una rutina para realizar ejercicio durante el embarazo.

Beneficios del ejercicio durante el embarazo

Durante el embarazo, el ejercicio te ayudará a mantenerte en forma y a tener un mejor parto y posparto, disminuyendo las posibilidades de sufrir complicaciones.

  • Reduce los dolores de espalda y articulares.
  • Mejora el estado de ánimo.
  • Aumenta tu energía.
  • Previene el aumento de peso excesivo.
  • Reduce el riesgo de diabetes gestacional.
  • Prepara el cuerpo para el parto.
  • Reduce el riesgo de cesárea.

Planifica tu rutina de ejercicios

No te lances a realizar ejercicios como una loca. Antes de comenzar, lo primero es que consultes con tu médico que no existe ninguna complicación que te imposibilite hacer deporte.

Si tu ginecólogo aconseja y autoriza la realización de ejercicios durante tu embarazo, lo siguiente será conocer qué ejercicios serán más adecuados para tu estado. Una vez hayas creado un listado de ejercicios y sepas cómo realizarlos correctamente para no sufrir ninguna complicación, crea una rutina para organizarte y ser constante.

Suele recomendarse hacer 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada varios días a la semana. En función de tu condición física comenzarás con esta pauta o irás poco a poco. Si hace tiempo que no haces ejercicio, empieza con 10 minutos al día y ve aumentando progresivamente hasta alcanzar los 30 minutos recomendados.

Ejercicios adecuados para el embarazo

Ejercicios adecuados para el embarazo

Si ya realizabas deporte antes del embarazo, lo más adecuado sería consultar con tu médico si puedes seguir realizando las mismas actividades o adaptarlas a tu estado.

¿Llevabas una vida sedentaria? Que embarazo sea tu motivación para empezar a cuidarte.

Te recomendamos que comiences caminando. Aunque parezca muy simple, caminar es un gran ejercicio.  Debes comenzar andando alrededor de 20 minutos 3 veces a la semana, e ir aumentando progresivamente el ritmo. Esta rutina activará tu circulación sanguínea y te ayudará a reducir la hinchazón de pies y piernas. Además, en la última etapa acelerará el proceso de parto y ayudará al bebé a colocarse correctamente para el parto.

Practicar pilates es muy aconsejable para fortalecer los músculos del suelo pélvico y ayudar al bebé a posicionarse correctamente para el parto.

El yoga es uno de los ejercicios preferidos por las embarazadas. Este ayuda a reducir los síntomas depresivos al tratar el estrés con ejercicios de meditación y relajación. Además de reducir los dolores de espalda con los estiramientos.

Ejercicios adecuados para el embarazo

La natación o la bicicleta estática son otras opciones que te traerán multitud de beneficios durante el embarazo.

Ejercicios moderados en el embarazo

Recomendamos al menos 30 minutos de ejercicio, siempre de forma moderada en la mayoría de los días que se realice el ejercicio. Si eres principiante, un gran ejercicio es el caminar. Este proporciona fondo aeróbico de manera moderada, no forzarás las articulaciones ni músculos. Otra opción interesante es la natación, ejercicios aeróbicos relajados y bicicleta estática. También se puede ejercer entrenamiento de fuerza siempre que se realice con poco peso.

Hay que calentar, estirar, hidratarse durante el ejercicio y no forzar el cuerpo a un ritmo alto. Realizar ejercicio de manera intensiva aumenta el oxígeno y sangre a los músculos. Por norma general, debes poder mantener una conversación mientras realizas ejercicio. Si por el contrario no puedes, estarías forzando demasiado.

Ten en cuenta estas pautas o consejos según tu condición física:

  • Si hace tiempo que no haces ejercicio o nunca has hecho ejercicio, empieza entrenando 10 minutos solamente. Poco a poco deberás aumentar el tiempo de entreno hasta los 30 minutos diarios.
  • Si hacías ejercicio antes del embarazo, lo más seguro es que puedas continuar tu entrenamiento y ejercicio al mismo nivel mientras te encuentres embarazada, siempre que tu médico te lo aconseje.

Actividades para tratar con especial cuidado

Puedes no estar segura de realizar alguna actividad en concreto, lo más aconsejable es que se lo indiques principalmente a tu médico para evitar posibles complicaciones. Te aconsejamos que evites:

Ejercicios que hagan tumbarte boca arriba a partir del cuarto mes.

  • Bucear. Puede poner en riesgo al bebé a contraer una enfermedad por descompresión.
  • Deportes de contacto como fútbol o baloncesto.
  • Deportes que presenten riesgo de caídas. Esquí, gimnasia, equitación, etc.
  • Deportes que causen golpes en el agua. Surf, buceo, etc.

Otras actividades que deberías evitar

Debes tener en cuenta que existen actividades que no deberías llevar a cabo para no poner en riesgo tu embarazo:

Ejercicios en altitudes elevadas, actividades dónde el abdomen sea lo que más sufre, como por ejemplo, el boxeo.

Mantener la motivación

Es aconsejable realizar ejercicios que sepas que vas a llevar a cabo. Realiza actividades o ejercicios que te motiven y los disfrutes. A continuación te dejamos estos consejos:

Empieza progresivamente, poco a poco. No es necesario que acudas a un gimnasio. Solamente debes empezar. Puedes comenzar por caminar por tu vecindario, subir escaleras, realizar ejercicios básicos en tu vivienda…

Si sientes que deberías comenzar en un gimnasio mediante un entrenamiento supervisado, te aconsejamos que te pongas en manos de expertos, como Golden Fitness, sabrán ayudarte y asesorarte en todo momento.

También te recomendamos que estés pendiente de cualquier problema que pueda surgir. Lo primero que deberías hacer es dejar el ejercicio y ponerte en contacto con tu médico si notases alguno de estos síntomas:

  • Mareo
  • Sangrado
  • Dolores de cabeza
  • Dolores en el pecho
  • Dificultad para respirar antes de hacer ejercicio
  • Cualquier otra señal que sea importante.

Si necesitas más información no dudes en ponerte en contacto con nosotros y te ayudaremos en todo lo que esté en nuestras manos. En Fisioghio nos preocupamos de nuestros clientes desde el primer día, porque tu salud es lo principal.