Lesiones deportivas
El ejercicio es bueno para mantener una buena forma física y mental. Practicar deporte regularmente tiene múltiples beneficios para nuestro cuerpo. Sin embargo, si este no se realiza correctamente, podemos lastimarnos y sufrir una lesión deportiva.
En este post te contamos las lesiones deportivas más comunes, por qué suceden y cómo evitarlas.
Lesiones deportivas.
Debemos practicar ejercicio de manera frecuente, e introducir este hábito en nuestro estilo de vida. Sin embargo, hasta que aprendemos a hacerlo correctamente, es habitual que suframos alguna lesión deportiva.
Las lesiones deportivas pueden llegar a ser verdaderamente incómodas, y por esto preocupan mucho a los deportistas. A menudo, una lesión nos puede imposibilitar para realizar ejercicio durante un periodo de tiempo. Es frecuente conocer noticias en los medios deportivos de profesionales que se han quedado fuera de una competición por una lesión. En 2012, Nadal sufrió una lesión crónica en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda que lo condenó a varios meses sin ejercicio. También en el tenis, Maria Sharapova se tuvo que retirar del torno en Brisbane de 2013 por una lesión en el hombro. En el futbol, las lesiones no han sido menores. Villa, Puyol, Iniesta, Messi, Bale, Neymar.. son solo algunos de los nombres que han sonado en los medios por sus lesiones.
Lesiones deportivas más comunes.
Entre las lesiones más frecuentes que sufren los deportistas, destacan las cinco siguientes:
Esgince de tobillo.
El esgince de tobillo es la lesión deportiva por excelencia. Desde deportistas profesionales, a todos los que practican ejercicio diaria o eventualmente, han sufrido un esgince deportivo.
Suele producirse en superficies inestables, por un mal movimiento del pie hacia dentro tensiona los ligamentos. Con esta tensión se producen roturas de los ligamentos, pequeñas, parciales o más graves, que provocan el esgince.
También es frecuente en deportes de impacto.
Los síntomas habituales son dolor y hematoma.
Desgarro muscular.
El desgarro muscular se produce al romperse las fibras que componen el músculo.
Suele afectar a los músculos de los miembros inferiores, como los cuádriceps.
Los golpes o contusiones rompen las fibras del músculo, y provocan un dolor repentino, agudo y localizado. También puede ocurrir por una contracción brusca del músculo.
Calambres musculares.
Los calambres son espasmos musculares. La hiperactividad del músculo o la falta de reposo desencadenan esta lesión.
Aunque suele producirse por realizar una actividad física más intensa de lo habitual, también puede deberse a algunas enfermedades. Enfermedades vasculares o endocrinas pueden estar detrás de esta lesión. Un embarazo puede ser otro de los motivos que provoquen esta lesión.
Para aliviar el dolor, debemos para el ejercicio y estirar la zona afectada.
Tendinopatías.
La inflamación crónica del tendón produce micro-roturas y desencadena una tendinitis.
Suele producirse en los tendones rotuliano, epicóndilo, supraespinoso y Aquiles, y provocan dolor, inflamación y pérdida de movilidad.
Fracturas.
Las fracturas óseas son lesiones más complicadas. Una caída al realizar deporte, o una actividad excesiva, pueden desencadenarla.
Por desgracia para los deportistas, una fractura impide realizar ejercicio durante un tiempo, ya que se requiere inmovilización, reposo y rehabilitación. De hecho, en algunos casos, es precisa una cirugía.
Cómo evitar las lesiones deportivas.
Aunque algunas lesiones son fortuitas, como las fracturas por una caída, en muchos casos podemos evitarlas.
Si no quieres lesionarte, te aconsejamos que sigas los siguientes consejos.
Calentar
Nuestro cuerpo va a pasar de un estado de inactividad a un ejercicio intenso, por lo que hay que prepararlo. Calentar 10 minutos antes de comenzar a hacer ejercicio es fundamental. Debemos comenzar de manera gradual, trabajando primero los músculos generales y seguir con los específicos.
Estirar.
Al realizar ejercicio, los músculos se activan y aumentan su tono. Por esto, al finalizar una práctica deportiva, debemos estirar para que los músculos vuelvan a su estado habitual. Los estiramientos normalizan el tono muscular, mejoran la circulación y previenen lesiones.
Evitar el enfriamiento.
Si debemos calentar para no pasar del reposo a la actividad física de golpe, también debemos hacerlo al revés. Si paramos en seco nuestro cuerpo después de realizar deporte, el cuerpo se enfría y se producen lesiones. Para evitarlo, debemos salir gradualmente del ejercicio. Es ideal realizar 15 minutos de actividad más suave para finalizar.
Hidratarse.
El deporte produce pérdida de líquidos y esto puede conllevar graves lesiones para nuestros músculos. Beber agua y mantenernos bien hidratados es fundamental para que nuestro cuerpo funcione bien durante el ejercicio y no sufra lesiones.
Fisioterapia
A menudo pensamos que la fisioterapia solo sirve para corregir lesiones. Sin embargo, tu fisioterapeuta puede ayudarte a prevenirlas. Con la prevención, controlamos los factores que provocan lesiones deportivas.
Mediante ejercicios de la musculatura, podemos evitar las cargas innecesarias y establecer una buena rutina corporal a la hora de realizar ejercicios. Asimismo, los masajes deportivos destensan y tonifican nuestros músculos y los preparan para el ejercicio. Los vendajes para proteger articulaciones también son de gran utilidad si queremos evitar una lesión, al igual que la aplicación de frío o calor.
En el caso de producirse una lesión, llevar un buen entrenamiento con tu fisioterapeuta contribuirá a que esta sea lo menos grave posible.